Cuando la “desaceleración” se convierte en recesión

Miguel A. Rodríguez.
Concejal de Economía y Hacienda

Todavía no ha pasado mucho tiempo desde la campaña electoral que dio de nuevo el triunfo a José Luis Rodríguez Zapatero. Por lo tanto, recordamos que uno de los temas estrella de dicha campaña fue la economía. O más concretamente, lo mal que estaba la economía.

Desde el Partido Popular se insistía en que España estaba en un momento de recesión y que las autoridades socialistas no estaban haciendo nada por poner solución ya que, de hecho, negaban la mayor: “No hay recesión”, decía Solbes. Si acaso un leve resfriado. Por el contrario, a los portavoces del PP en la materia se les tachaba de agoreros, alarmistas y casi de antipatriotas, por poner el dedo en la llaga y denunciar la situación.

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Si tenemos en cuenta que recesión es cuando una economía produce menos en términos reales en un trimestre que en el anterior, y así durante dos trimestres seguidos, resulta que estamos ante una recesión “de libro”. Es verdad que el cambio a peor se ha producido en menos de un mes, pero es que se veía venir y no se ha hecho nada por evitarlo.

Desde hace unas semanas, cada dato económico que se conoce es peor que el anterior. El Producto Interior Bruto (PIB) ha dado un batazazo en el primer trimestre del año y todo parece indicar que el segundo va a ser peor. Si la economía ha crecido en ese trimestre un 0’3%, no es descabellado pensar que en el segundo se pueda producir un crecimiento negativo. El índice de producción industrial cayó en marzo un 2’6% interanual. El paro registrado se elevó en abril por primera vez en los últimos veinticinco años. Por no hablar de indicadores de consumo como la venta de automóviles, que ha entrado en barrena.

Y todos estos datos tienen su traducción en las economías domésticas. Vemos con estupor y sin poder hacer nada, cómo al Gobierno del PSOE le parece razonable la subida de la luz casi un 12%. Cómo, fruto de una nula política agrícola, están subiendo los precios de los productos básicos como la leche, el pan, el pollo…

Menos mal que los técnicos del PSOE en la materia han encontrado la solución a la crisis de las familias: los 400 euros de rebaja fiscal (en dos veces eh! para que no nos los gastemos de golpe).

En honor a la verdad hay que decir que en una economía globalizada y tan dependiente de EEUU y de los precios del petróleo, no toda la culpa es del Gobierno. Si acaso se le puede achacar haber reaccionado tarde y tibiamente, quizá por no dar su brazo a torcer. Está claro que los ciclos económicos se repiten, pero también es mala suerte que la última recesión que se produjo en España, la de los años 1992-1993, también fuese bajo un gobierno socialista. ¿Casualidad?