Un ciudadano ejemplar es aquella persona o colectivo que ha destacado por una trayectoria marcada por la ejemplaridad y por los servicios prestados a la comunidad ciudadrealeña. Ayer, como viene siendo habitual desde 1980, el Ayuntamiento de Ciudad Real otorgó a D. Antonio Vera y D. Ángel Jara esta distinción. Al acto, celebrado en el Antiguo Casino, acudieron los galardonados acompañados de familiares, amigos y compañeros que escucharon a quienes les propusieron para este reconocimiento hablar de todo lo bueno y grande que han hecho durante sus vidas.
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El vicario general de la diócesis de Ciudad Real, D. Miguel Esparza, aseguró que D. Antonio Vera forma parte del paisaje de capitalino porque, "sin él, la ciudad sería diferente. Ha trabajado incansablemente por los demás, e incluso después de haberse jubilado, ha continuado su labor como capellán del cementerio". D. Miguel Esparza recordó también a aquellos seres queridos que ya no están entre nosotros para fundirse en un cálido abrazo de agradecimiento con D. Antonio. Esparza concluyó su intervención pidiendo a la Alcaldesa de Ciudad Real que el paseo que va de la Ronda de Toledo hasta el cementerio reciba el nombre de Paseo del capellán Don Antonio Vera, petición que será atendida con sumo gusto según confirmó Rosa Romero.
Emocionado D. Ántonio Vera sólo pudo dar las gracias a los presentes. No pronunció ningún discurso porque él es un hombre de hechos y no de palabras, según expresó.
Manuel López Camarena, cronista oficial de la ciudad, tuvo la difícil tarea de resumir la larga trayectoria profesional y humana que han avalado el nombramiento de D. Ángel Jara como ciudadano ejemplar 2008. De él dijo "que es un hombre bueno, un ejemplo de honradez y modestia. 38 años de vida docente dan para mucho pero quizás lo mas importante ha sido la educación que ha dado junto a su mujer Paquita, a sus 4 hijos".
D. Angel Jara, amigo del verbo se emocionó al acordarse de todas aquellas personas que no pueden compartir con él este nombramiento. Según dijo, "a todos ellos los lleva en el corazón, aunque al igual que ha reiterado en las entrevistas que ha concedido durante estos últimos días, no entiende porqué ha sido él cuando hay muchos ciudarrealeños que se lo merecen". Jara concluyó su discurso entre lágrimas con una emotiva frase "lo único que he pretendido en esta vida, ha sido ser buena persona".
La última en tomar la palabra fue la primera edil ciudarrealeña quien recalcó la valía de los dos nuevos ciudadanos ejemplares no solamente en su vida profesional sino también en la faceta personal y social. "Ellos, son un ejemplo, han ayudado a resolver problemas, han disfrutado cada instante de lo que hacían, lo que hacían lo hacían bien, y ellos han puesto su granito de arena para que esta ciudad sea cada vez mejor".
Rosa Romero, al igual que las personas que propusieron a D. Antonio y D. Ángel para ser Ciudadanos Ejemplares 2008, repasó algunos pasajes de la larga vida de estos dos hombres empapados de historia y recuerdos.
La Alcaldesa concluyó su intervención asegurando que hoy, los sacerdotes y docentes de Ciudad Real están de enhorabuena, hoy Ciudad Real, es mas ciudad porque con este gesto sencillo y amable estamos fortaleciendo nuestra identidad y el de todos los ciudarrealeños.
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El vicario general de la diócesis de Ciudad Real, D. Miguel Esparza, aseguró que D. Antonio Vera forma parte del paisaje de capitalino porque, "sin él, la ciudad sería diferente. Ha trabajado incansablemente por los demás, e incluso después de haberse jubilado, ha continuado su labor como capellán del cementerio". D. Miguel Esparza recordó también a aquellos seres queridos que ya no están entre nosotros para fundirse en un cálido abrazo de agradecimiento con D. Antonio. Esparza concluyó su intervención pidiendo a la Alcaldesa de Ciudad Real que el paseo que va de la Ronda de Toledo hasta el cementerio reciba el nombre de Paseo del capellán Don Antonio Vera, petición que será atendida con sumo gusto según confirmó Rosa Romero.
Emocionado D. Ántonio Vera sólo pudo dar las gracias a los presentes. No pronunció ningún discurso porque él es un hombre de hechos y no de palabras, según expresó.
Manuel López Camarena, cronista oficial de la ciudad, tuvo la difícil tarea de resumir la larga trayectoria profesional y humana que han avalado el nombramiento de D. Ángel Jara como ciudadano ejemplar 2008. De él dijo "que es un hombre bueno, un ejemplo de honradez y modestia. 38 años de vida docente dan para mucho pero quizás lo mas importante ha sido la educación que ha dado junto a su mujer Paquita, a sus 4 hijos".
D. Angel Jara, amigo del verbo se emocionó al acordarse de todas aquellas personas que no pueden compartir con él este nombramiento. Según dijo, "a todos ellos los lleva en el corazón, aunque al igual que ha reiterado en las entrevistas que ha concedido durante estos últimos días, no entiende porqué ha sido él cuando hay muchos ciudarrealeños que se lo merecen". Jara concluyó su discurso entre lágrimas con una emotiva frase "lo único que he pretendido en esta vida, ha sido ser buena persona".
La última en tomar la palabra fue la primera edil ciudarrealeña quien recalcó la valía de los dos nuevos ciudadanos ejemplares no solamente en su vida profesional sino también en la faceta personal y social. "Ellos, son un ejemplo, han ayudado a resolver problemas, han disfrutado cada instante de lo que hacían, lo que hacían lo hacían bien, y ellos han puesto su granito de arena para que esta ciudad sea cada vez mejor".
Rosa Romero, al igual que las personas que propusieron a D. Antonio y D. Ángel para ser Ciudadanos Ejemplares 2008, repasó algunos pasajes de la larga vida de estos dos hombres empapados de historia y recuerdos.
La Alcaldesa concluyó su intervención asegurando que hoy, los sacerdotes y docentes de Ciudad Real están de enhorabuena, hoy Ciudad Real, es mas ciudad porque con este gesto sencillo y amable estamos fortaleciendo nuestra identidad y el de todos los ciudarrealeños.
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