En los últimos cinco días se han producido en esta localidad de Ciduad Real, limítrofe con Albacete, cerca de una docena de robos en domicilios y pequeños negocios (hotel, peluquería). Esta última oleada (con dos robos por noche) se suma a los más de veinte casos de robos y destrozos de viviendas ocurridos en Ruidera desde el mes de septiembre.
Y es que según los afectados, Ruidera se está conviertiendo en una ciudad sin ley.
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A Salvador García, por ejemplo, le han destrozado con hachas las puertas y ventanas de la vivienda, volcados todos los armarios y robado diversos objetos (electrodomésticos, objetos personales...). Y hay viviendas que han sido asaltadas en dos ocasiones en los últimos meses. Incluso un pequeño hotel rural de la localidad (con clientes en ele stablecimiento) ha sufrido el asalto de los ladrones.
De momento los daños han sido materiales, sin llegar a las agresiones físicas pero, en opinión de Salvador García, "estamos a un paso de llegar a la violencia física. La patrulla de la Guardia Civil tiene que atender a numerosos pueblos de la zona y recorrer más de cincuenta kilómetros. Mientras, los ladrones venden lo que han robado en el propio pueblo de Ruidera, con total impunidad. Y si los cogen apenás permanecen unos días en el calabozo para volver".
Los vecinos de Ruidera se muestran preocupados porque, de proseguir la oleada de robos, el turismo (principal fuente de ingresos para los ruidereños) se vería seriamente afectado.
Y es que según los afectados, Ruidera se está conviertiendo en una ciudad sin ley.
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A Salvador García, por ejemplo, le han destrozado con hachas las puertas y ventanas de la vivienda, volcados todos los armarios y robado diversos objetos (electrodomésticos, objetos personales...). Y hay viviendas que han sido asaltadas en dos ocasiones en los últimos meses. Incluso un pequeño hotel rural de la localidad (con clientes en ele stablecimiento) ha sufrido el asalto de los ladrones.
De momento los daños han sido materiales, sin llegar a las agresiones físicas pero, en opinión de Salvador García, "estamos a un paso de llegar a la violencia física. La patrulla de la Guardia Civil tiene que atender a numerosos pueblos de la zona y recorrer más de cincuenta kilómetros. Mientras, los ladrones venden lo que han robado en el propio pueblo de Ruidera, con total impunidad. Y si los cogen apenás permanecen unos días en el calabozo para volver".
Los vecinos de Ruidera se muestran preocupados porque, de proseguir la oleada de robos, el turismo (principal fuente de ingresos para los ruidereños) se vería seriamente afectado.
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